domingo, 1 de marzo de 2020

Espía aleman de la Primera Guerra Mundial


Me llamo Abel Kahler, soy un espía alemán al que le han asignado una misión de vigilancia en el barco de Titanic, pues probablemente se avecina una gran guerra y los británicos, entre otros, y su rey, Jorge V y otros gobernantes poderosos como Herbert Henry Asquith, son una amenaza latente. No solo para nosotros, sino también para los irlandeses, los que se encontraban en gran tensión con Inglaterra por sus políticas, según ellos, represivas. No sería raro que acabara con una revuelta en Irlanda.
Mis superiores, provenientes directamente de los mandatos que Guillermo II (con el apoyo e interés del Imperio Austrohúngaro) impone, me encomendaron esta tarea para evitar la catástrofe que, por ejemplo, estaban pasando ahora en el Imperio Otomano, en lugares como Bósforo, los cuales están cerca de su completa destrucción por las Guerras Balcánicas.
Antes de entrar y finalmente partir al esperado viaje hasta América, puedo visualizar lo abarrotadas que están las calles, llenas de personas de todas las clases saludando nostálgicamente a sus familiares o amigos, muchos de ellos saludándolos por última vez, pues estaban emigrando a América pues la situación económica en la bolsa de Nueva York podría proporcionar bienestar económico a la gente y un buen trabajo, ya que en Europa dinero escaseaba. También estaba abarrotado de coches, curiosamente, en su mayoría de la marca Ford.
Pasada ya la larga espera y tediosa lentitud para pasar los tickets y documentos, ya me encontraba dentro. Era sinceramente espléndido. Un barco como de los que no hay. Era un barco de la clase Olympic, de la naviera White Star Line. Definitivamente gran competencia para la naviera Cunard Line, con ejemplares como el Lusitania. Contaba con gigantescos motores de explosión que se alimentaban con carbón.
En las zonas de clase alta, el barco estaba vestido de arriba abajo con todo tipo de lujos, cuadros de pintores importantes, como ‘’Las Señoritas de Avignon’’, un ejemplar expresionista de Picasso; nuevas tecnologías como la telegrafía sin hilos, o incluso diversas ideologías, entre ellas liberales, mas conservadoras, feministas, etc.
Además de eso, la gente que transportaba el Titanic no se quedaba corta de pintoresca. Para empezar, la gran variabilidad de clases, hacia cuanto menos curioso el paseo por el barco, y, por otro lado, me aportaría mucha información importante para mi misión.
Por ese momento la gente, sin importar la esfera social en la que se encontrara, parecía estar muy interesada por los cercanos J.J. O.O. de Estocolmo que estaban por ser celebrados. Así que era un buen tema en el que entablar conversación, ganar confianza, y finalmente adquirir información.
Mi viaje acaba de empezar, pero mi trabajo no tiene pausas, así que debo comenzar a entablar relación con todos y ganarme su confianza. Más tarde continuaré escribiendo sobre mi viaje.
P.D.: Espero que no haya ningún problema con el rumbo del barco, me han dicho que es normal encontrarse icebergs. Seguro que no pasa nada…
Resultado de imagen de titanic

No hay comentarios:

Publicar un comentario